Murcia y Almería cuentan con un 50% más de recursos en sus pantanos
En valores absolutos, las reservas en la demarcación catalana son las séptimas
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XABIER BARRENA, BARCELONA
Vaya por delante que la sequía ataca con virulencia a casi toda España. Pero en este reparto de la miseria hídrica, Barcelona sobresale por encima de las demás. Solo la provincia catalana une reservas escasas, 62 hectómetros cúbicos --el 22,63% de la capacidad de sus embalses--, con mucha población --5,4 millones--. La ratio barcelonesa, 11,63 metros cúbicos por habitante que la sitúan en la cola, es ampliamente superada tanto por Murcia (17,24) --eterna demandante del trasvase del Ebro-- como por la quintaesencia de la tierra desértica, y hogar de los mejores spaghetti-wéstern, Almería (18,54).
Ambas tienen unos recursos embalsados por habitante un 50% superiores a los de la provincia de Barcelona. En valores absolutos, los 12 hectómetros cúbicos de Almería y los 24 de Murcia quedan lejos de los 62 de Barcelona, que en este caso son los séptimos de España, pero estos están aún más lejos de los 107 de Albacete y 217 de Ciudad Real.
Los valores de otras provincias mediterráneas --que también han hecho del agua y del trasvase casi un modo de vida-- dejan a Barcelona a la altura de un sin techo hídrico. Cada alicantino disfruta de 70 metros cúbicos, por los 189 que tiene Valencia. La media para la Comunidad Valenciana es de 150 metros cúbicos.
La situación en Lleida y Tarragona es mucho más desahogada, con medias de 661 y 286 metros cúbicos por habitante. Girona se encuentra en unos valores absolutos de agua embalsada parecidos a los de Barcelona, pero merced a su menor población la ratio se eleva a 97 metros cúbicos por habitante. En este caso, cabe tener en cuenta que en virtud de la interconexión de cuencas entre el Ter y el Llobregat, gran parte del agua que aparece como gerundense es, en verdad, barcelonesa.
Aragón, otro de los actores sempiternos--junto con las provincias mediterráneas-- en los conflictos territoriales a cuenta del agua, pero en este caso en la otra trinchera, nada en la abundancia. La media autonómica es de 1.651 metros cúbicos por aragonés, disparándose en Huesca a más de 4.000 y conteniéndose en Zaragoza con solo 879, gracias, en gran parte, a las reservas del pantano de Mequinenza, en la Franja, embalse conocido como el mar de Aragón.
Por volumen de población, la comparación con la provincia de Madrid es inevitable. Y también frustrante para el lado catalán. La ratio para cada uno de los 6,08 millones de madrileños es de 108,85 metros cúbicos. Casi 10 veces más que el cociente barcelonés.
Afortunadamente, el suministro de agua de la provincia no depende en exclusiva de los recursos embalsados propios. La capacidad máxima de suministro barcelonesa, juntando todas las aportaciones, es de 612 hectómetros cúbicos. Equivalente a la demanda total aproximada.
En Madrid, esta capacidad máxima dobla a la demanda y, por poner otros ejemplos más alejados, en Marsella es 10 veces superior. Dicho de otro modo, la seguridad del suministro en Barcelona pende de un hilo.
Urge, por tanto, y no solo por la sequía severa del periodo actual, aumentar la dotación de agua para Barcelona. Desechado el trasvase del Ródano, los planes del Govern pasan principalmente por el agua del mar. Según la Conselleria de Medi Ambient, en el 2015 se extraerán 160 hectómetros cúbicos anuales. Veinte de ellos de la planta desalinizadora de Tordera (Maresme), que hoy produce 10 hectómetros cúbicos pero que doblará la capacidad tras ser ampliada. Al lado de esta instalación se construirá otra, que aportará 60 hectómetros cúbicos, los mismos que producirá la de El Prat (Baix Llobregat) cuando entre en funcionamiento en el 2009. Finalmente, la de Cunit (Baix Penedès) supondrá la llegada de 20 hectómetros más.
OTROS 96 HECTÓMETROS
A estos 160 hectómetros cúbicos, que igualan la aportación proyectada desde el Ródano, Medi Ambient confía en sumar como mínimo 96 más. Prevé que la mejora de la eficiencia de las redes de suministro aporte 38 hectómetros cúbicos; que el empleo de agua regenerada --de más de un uso gracias a los procesos de depuración-- en las industrias libere otros 35 para el consumo humano y, finalmente, que la extracción de agua de los acuíferos --capas del subsuelo a poca profundidad que contienen agua-- aflore 23 más.
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