dilluns, 28 d’abril del 2008

Hay que aprender la lección: el problema del agua requiere una atención especial - Entrevista a Rafael Mujeriego - 1

http://www.abc.es/hemeroteca/historico-26-04-2008/abc/Catalunya/hay-que-aprender-la-leccion-el-problema-del-agua-requiere-una-atencion-especial_1641824096298.html

POR MARÍA JOSÉ FRANCO. BARCELONA

Catedrático de Ingeniería Ambiental de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) desde 1986, Rafael Mujeriego se doctoró en la Universidad de California en Berkeley en 1976. Desde entonces, ha pasado varios períodos en ese estado norteamericano, como profesor visitante en la citada universidad y como residente en el Orange County Water District, en el sur de California. Esa experiencia le resulta de enorme utilidad para proponer soluciones a la actual falta de agua en Cataluña.

-¿Cómo hemos llegado a la emergencia hidráulica?

-Es una situación compleja que ya se ha vivido en otros lugares de España. En Cataluña se había llegado casi al límite de los recursos durante los últimos años, pero al final llovía y la crisis se solucionaba. En la memoria colectiva ha quedado esa secuencia de crisis y solución, que esta vez no se ha producido. Si hubiéramos creído que de verdad «venía el lobo», se habrían tomado iniciativas preventivas efectivas. La doble condición del agua, como recurso económico y como recurso vital, hace difícil su gestión. No nos hemos anticipado adecuadamente al déficit, pese a que se disponía de experiencia más que suficiente para evitar o mitigar una situación como la que estamos viviendo.

-¿Ha existido, pues, falta de planificación?

-Esa es una conclusión sencilla de extraer ahora. Sin duda se podría haber planificado mejor, pero no soy partidario de mortificarse por esa deficiencia, porque no conduce a nada. Hay que aprender la lección y reconocer que el problema del agua requiere una atención especial, ahora y en el futuro inmediato. Ya no tenemos excusa, no podemos seguir pensando que a nosotros no nos pasará. Quienes trabajamos en estos temas podemos ofrecer alternativas a los que las han de ejecutar. Hasta ahora, con frecuencia hemos gestionado bajo el efecto de las emociones, que suelen surgir porque alguien percibe que sus intereses no se han respetado. Hay que trabajar en equipo y llegar a acuerdos de beneficio mutuo; enfrentarse no sirve de nada.

-De las posibilidades que se han barajado en los últimos meses para obtener agia, ¿cuál le parecía más adecuada?

-La solución incluye diversas alternativas. No es prudente ni realista, tanto en las finanzas como en otros ámbitos de la gestión de recursos, confiar en una sola fuente de suministro. De ahí la importancia de incorporar alternativas, más o menos novedosas, como pueden ser la regeneración y la reutilización del agua, la regulación en embalses o acuíferos, el intercambio de derechos y la interconexión de cuencas, mediante los trasvases reversibles y provisionales que puedan ser necesarios. Igual que se hacen esfuerzos por interconectar servicios de transporte o vías de comunicación, esa estrategia tiene que aplicarse al agua, siempre regulada mediante protocolos respetuosos con todos, incluido el medio ambiente. El temor que se suele suscitar cuando se habla de captar agua de otras cuencas es que alguien saldrá perjudicado de forma inaceptable. Habrá que encontrar el equilibrio entre los intereses de cada uno.

-Al final se ha optado por ampliar el ministravase del Ebro.

-Es una alternativa aceptable como solución de emergencia para abastecimiento público, pero entiendo que puede tener interpretaciones políticas divergentes. El Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) tiene un acuerdo con las comunidades de regantes del Delta del Ebro que le permite disponer de una concesión de 120 hectómetros cúbicos anuales, de los que consume 70 u 80 hm3 para abastecer al área de Tarragona. Teniendo en cuenta que la zona metropolitana de Barcelona está a las puertas de una emergencia, parece razonable que se transfieran esos caudales no consumidos por el CAT, siempre teniendo en cuenta las limitaciones temporales y de respeto ambiental. Sería como si el Consorcio hiciera uso de toda la concesión, pero cediendo una parte a Barcelona.

-No todos lo ven así de claro. Parece que estamos ante una nueva «guerra» del agua: Tarragona, Valencia, Murcia, Almería...

-A mi entender se esgrimen razones políticas, que me parecen legítimas. Sin embargo, mi decisión como ciudadano y como técnico es impedir que ese término castrense se instale en un ámbito donde debería prevalecer la serenidad, el rigor en la valoración de la realidad, el talante negociador, la consideración de los intereses mutuos, el acuerdo, la solidaridad, la sinergia de los conocimientos, la innovación y el respeto por el medio ambiente.

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