Tarragona no utiliza una cuarta parte del minitrasvase del Ebro

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Una de las comunidades de riego está dispuesta a ceder agua a BCN pero quiere negociar el precio

Otros grupos económicos y sociales cuestionan que se pacte solo con los regantes y exigen participar

SÍLVIA BERBÍS, TORTOSA

Es el metro cúbico de la discordia. Viene a ser esa la cantidad de agua por segundo que el Consorci d'Aigües de Tarragona (CAT) no consume de la concesión contemplada por la ley del minitrasvase, que es de cuatro metros cúbicos por segundo en total. Es el agua que ceden las comunidades de regantes de la derecha y la izquierda del Ebro, y cuyos llamados sobrantes, el metro cúbico que el CAT no capta porque no lo consume --unos 40 hectómetros al año--, podrían ser aprovechados por el área metropolitana de Barcelona si se ejecuta la opción dejada entrever el viernes por la vicepresidenta Maria Teresa Fernández de la Vega. El trasvase del Segre aportaría, según el Govern, 1,5 metros cúbicos por segundo, es decir 0,5 más.

Ambas comunidades esperan con expectación la reunión del próximo martes con la Agència Catalana de l'Aigua (ACA). Fuentes próximas a los regantes aseguraron que "la junta de la derecha siempre está abierta a vender, pero en la izquierda hay divergencias". Y es que la directiva de esta última entidad aglutinó apoyos enarbolando la bandera antitrasvase, y la interconexión de redes entre el CAT y el sistema Ter-ATLL, necesaria para enviar ese sobrante a Barcelona, es un trasvase en toda regla. Por ello, mientras el presidente de la derecha, Manel Masià, ofrece þagua sobrante, el de la izquierda, Lluís Pegueroles, rechaza dar a conocer su posicionamiento hasta saber las intenciones de la ACA. En los últimos días, Pegueroles ha hablado de "solidaridad bidireccional" para reclamar a la Administración "beneficios que reviertan en el conjunto del territorio y no solo en los regantes".

GASTOS SIN CUBRIR

El problema será negociar el precio. En la actualidad las dos comunidades vienen a percibir 0,33 euros por metro cúbicos por segundo del agua para el minitrasvase, una cantidad que creen módica a tenor del precio de un euro por metro cúbico por segundo que imponen los ayuntamientos de Reus y Tarragona por los recursos de sus pozos. Al cabo del año, las dos corporaciones del Ebro ingresan 1,8 millones de euros respectivamente procedentes del CAT, que apenas cubren la mitad de su gasto corriente. La tentación de incrementar beneficios con el metro cúbico que el CAT no consume ha encendido la alarma en el Ebro. "Recomiendo a los representantes de las comunidades de regantes que cuando dialoguen con la ACA tengan en cuenta la sensibilidad de quienes rechazamos la interconexión de redes", afirmó ayer el presidente de la cooperativa Arrossaires del Delta, Agustí Castells.

Desde sectores económicos, sociales y políticos también se cuestiona que el Gobierno central pueda acabar estableciendo un pacto bilateral con las comunidades de regantes sobre un viejo proyecto tan conocido como polémico. De hecho, su rechazo figuraba ya en el documento El compromís per l'Ebre, firmado por el PSC, ERC e ICV con la Plataforma en Defensa de l'Ebre hace casi cinco años, en octubre del 2003.